Eco de Luz: La Relación entre Or y Keli en la Cábala

La Cábala enseña que toda manifestación espiritual surge de la interacción entre Or (Luz) y Keli (Vasija). Explora cómo esta dualidad revela el propósito de nuestra existencia.
Luz Divina
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¿Qué ocurre cuando la luz busca una forma? ¿Y qué pasa cuando esa forma está lista para recibirla?

En la Cábala, esta interacción eterna se expresa en dos palabras que resumen todo el proceso de la creación: Or (Luz) y Keli (Vasija). Entender esta dinámica es entrar en el corazón mismo de la sabiduría cabalística.

No es una metáfora poética. Es un mapa de cómo el universo —y tu vida— funciona.

¿Qué es Or? ¿Qué es Keli?

Or representa la energía divina pura, ilimitada, infinita. Es la esencia del Creador, la luz original que desea compartir, expandirse, manifestarse.

Keli, en cambio, es la vasija: el receptor. Es lo que da forma, límite y dirección a esa luz. Sin la vasija, la luz no tiene dónde descansar. Y sin la luz, la vasija está vacía.

Según enseña la Cábala, «toda Sefirá está compuesta por una luz espiritual, que proviene de la Divinidad, y una vasija, que viene a limitar y dar forma a la luz, dándole así una identidad».

Esto no solo ocurre en lo espiritual. Ocurre en todo: en tus emociones, en tus decisiones, en tu desarrollo personal.

El universo entero funciona con esta relación

Todo en la creación está basado en la interacción entre la luz que desea dar y la vasija que desea recibir.

  • El alma es luz. El cuerpo, vasija.
  • La inspiración es luz. El acto creativo, la vasija.
  • El amor es luz. El vínculo humano, vasija.

La armonía ocurre cuando hay correspondencia: cuando la vasija está lista para la luz que recibe. El caos ocurre cuando la luz se desborda o la vasija se resiste.

Por eso la Cábala nos invita a convertirnos en vasijas conscientes. A ensanchar nuestra capacidad de recibir con propósito, con intención, con humildad.

Las Sefirot: ejemplos de Luz y Vasija en acción

Cada Sefirá (esfera del Árbol de la Vida) es una manifestación específica de esta dualidad:

  • Jésed es la luz del amor expansivo. Su vasija es el dar incondicional.
  • Guevurá es la luz del juicio. Su vasija es el límite necesario.
  • Tiféret es la belleza que surge al armonizar luz y forma: la compasión equilibrada.

Así, todo el Árbol de la Vida puede verse como un sistema de canales donde la luz divina fluye y se moldea según las características de cada vasija.

¿Cómo se aplica esta sabiduría a tu vida?

La pregunta no es solo mística. Es profundamente práctica:

  • ¿Estás permitiendo que la luz fluya en tu vida?
  • ¿Tu vasija está limpia, fortalecida, preparada para recibir?

Si solo buscas luz sin preparar tu vasija (sin trabajo interior, sin estructura, sin humildad), puedes terminar confundido, abrumado o desconectado.

Si solo fortaleces tu vasija pero cierras la puerta a la luz (sin conexión espiritual, sin apertura), puedes sentirte seco, rígido o vacío.

El equilibrio es el camino: ser una vasija abierta y firme al mismo tiempo.

Luz sin vasija: exceso. Vasija sin luz: carencia

Cuando hay luz sin vasija:

  • Hay ansiedad, sobrecarga, caos.
  • Se reciben ideas, energía o emociones que no sabemos contener.

Cuando hay vasija sin luz:

  • Hay sensación de vacío, frustración, estancamiento.
  • Se tiene estructura, pero sin sentido, sin alma.

Por eso, en la práctica cabalística, cada acción se convierte en una preparación de la vasija: la meditación, el estudio, la ética, la oración… todo moldea nuestro ser para poder recibir más luz sin rompernos.

Una metáfora eterna: la lámpara y el aceite

El alma es como una lámpara. La luz es la llama. Pero sin aceite, esa llama se apaga. El aceite es la vasija: la preparación interna, la humildad, el propósito.

“No basta con desear luz. Hay que prepararse para recibirla.”

Esta es una de las enseñanzas más profundas y transformadoras de la Cábala. Y una de las más ignoradas.

Recibir para dar

En última instancia, la vasija no existe solo para recibir, sino para compartir. La luz divina no busca reposar, sino expandirse.

Por eso, cuando ensanchas tu vasija no solo para ti, sino para iluminar a otros, la luz se multiplica. Y tu vida se vuelve canal de bendición.

👉 En Asher Cabala te enseñamos a ser una vasija fuerte, consciente y luminosa. A integrar esta sabiduría no como teoría, sino como práctica viva.

Porque cuando comprendes cómo fluye la luz y cómo moldear tu vasija, ya no necesitas buscar el sentido de la vida: lo encarnas en cada respiración.

Cabala judia

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